miércoles, 4 de marzo de 2009

Sevilla - una belleza arquitectonica


Sevilla es una ciudad muy especial. Tiene más de 2.000 años de historia y es famosa por su personalidad alegre y carismática. Se trata de la ciudad más grande del sur de España y de la capital de Andalucía. A Los sevillanos se les reconoce por su chispa e ingenio. Sevilla tiene el casco histórico más grande de Europa, lleno de iglesias, conventos, monumentos y edificios moriscos. Además, se trata de la ciudad donde las tradiciones andaluzas están más arraigadas: el flamenco, las tapas, las sevillanas y por supuesto, las corridas de toros. Por si fuera poco, en esta ciudad se celebra la Semana Santa más apasionada y la Feria de Abril más animada. ¡Por no hablar de su fantástica vida nocturna! Si quieres descubrir sus costumbres populares y disfrutar un clima agradable, la mejor época para viajar a Sevilla es en primavera (en verano las temperaturas pueden llegar hasta los 50°C). Éste es, sin lugar a dudas, uno de los destinos favoritos de los turistas a la hora de visitar España.

La ciudad de Sevilla es mundialmente conocida por sus fiestas: la Semana Santa y la Feria de Abril. La Semana Santa es una fiesta religiosa que se remonta al siglo XVI, cuando la iglesia Católica decidió representar la Pasión de Cristo. Durante la Semana Santa se organizan coloridas procesiones. Los penitentes cargas a sus espaldas estatuas gigantes de Santos y desfilan ante los ojos de un público muy entregado. Estas procesiones dejan una profunda impresión en el espectador y en los miles de turistas que se acercan a Sevilla cada año por estas fechas para verlas pasar.

Durante la Feria de Abril se montan casetas donde la gente se pasa día y noche bailando, comiendo, bebiendo y divirtiéndose. Las calles del recinto ferial se decoran con coloridos farolillos y todo cobra un aire de fiesta. Tradicionalmente, las mujeres visten elaborados trajes de gitana y los hombres desfilan en sus preciosos caballos. Las corridas de toros son una parte esencial de la Feria de Abril.

Dejando las fiestas a un lado, Sevilla es igualmente una ciudad impresionante que merece la pena visitar. Ésta descansa a orillas del río Guadalquivir y tiene un centro histórico precioso, repleto de importantes monumentos. Un claro ejemplo es el de la catedral de Sevilla, una de las tres más grandes del mundo. Se trata de una catedral gótica con un minarete mundialmente famoso, la Giralda, desde donde se divisan unas increíbles vistas de la ciudad. Otro monumento digno de mención es la Torre del Oro. Originariamente era parte de las murallas que recubrían la ciudad a lo largo del Guadalquivir. Muy cerca de los Reales Mudéjares se encuentra el palacio conocido como el Alcázar, otra de las maravillas arquitectónicas de la ciudad.

Sevilla ha acogido dos Exposiciones Universales (en 1929 y en 1992). El barrio de Triana, al otro lado del río, la Macarena, Santa Cruz y San Bartolomé, la calle de las Sierpes, además de la plaza de toros de la Maestranza, el parque de María Luisa y las orillas del Guadalquivir son algunas imágenes representativas de Sevilla y una visita obligada para todo turista.

Escrito por Diana Pérez Roig- Gironella

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